Mesa de reflexión, El arte como forma de romper muros.


Durante la exposición de “El arte como forma de romper muros”, se proyectó un vídeo llamado “Sueños verticales”, que fue grabado con un celular, en él se proyectan imágenes de lo que se vive día a día en la frontera entre México y Estados Unidos, en  Tijuana, hubo una escena que, pienso, resume gran parte del vídeo, donde en el muro está pintada o escrita una frase que dice “De este lado también hay sueños”, es como si las personas que quieren poner muros vieran a los demás seres humanos como animales, como algo salvaje, como algo que destruiría la integridad humana, no ven que del otro lado lo que hay son humanos, hay sentimientos, hay ideas, hay vida, hay sueños.
Posterior al vídeo, se presentó una de las tantas víctimas de los conflictos que suceden entre la frontera de México y Guatemala, a lo largo de mi vida he leído notas, libros… y visto películas o vídeos con testimonios, pero escuchar uno en persona, tener frente a frente a la persona que sufrió estos incidentes, es algo que te cambia completamente la forma de ver las cosas, algo que te sensibiliza de verdad ante estos asuntos.


Al comienzo de la mesa, se presenta a la directora de exposiciones temporales en el Museo Memoria y Tolerancia, nos muestra una exposición dentro del museo en la cual se plantea mostrar al público las distintas situaciones por las que los migrantes y refugiados pasan y con ello lograr que el visitante se sienta en el lugar de el migrante y de el refugiado.


Seguido de esta exposición se presentó el escritor Emiliano Mongue quien nos leyó un texto escrito por él, en el cual nos comienza hablando de los inicios del ser humano sobre la Tierra, de la necesidad que surgió de moverse de un lugar a otro y nos cuestiona “¿Qué hubiera pasado si estos seres humanos se hubiesen encontrado con un muro a lo largo de su camino?”, a partir de esta pregunta nos plantea la idea acerca de que el hombre tuvo y aún tiene la necesidad de moverse a distintos lugares, por lo que el hecho de que en la actualidad nos topemos con muros en el camino es algo absurdo.


Después nos cuenta la historia de un muchacho que, al comienzo de su vida se encontraba rodeado de muros, y la manera en la que conocía el mundo era a través de los relatos que las personas le contaban, nos cuenta que, al crecer, este mismo muchacho se apropiaba de los recuerdos de otras personas. Lo que con este relato nos quiere hacer ver es que nosotros como seres humanos debemos de ser más empáticos, pero que esa empatía debe ser una que te obligue "a arrancarnos los ojos para, si queremos volver a ver, tener que utilizar los ojos de ese otro".




Otro de los presentadores, del cual me agradó su forma de ver y querer cambiar algo en las otras personas sobre la perspectiva de los muros, fue el músico Luis Miguel Costero, quien nos narra cómo va a distintos lugares a hacer presentaciones y nos cuenta de cuando hizo una presentación en Tijuana, cerca del muro, la idea era que se realizara este concierto de ambos lados de la frontera pero días antes el gobierno de Estados Unidos lo prohibió de su lado de la frontera. Comenta que al principio no tenían instrumentos con los que pudieran tocar pero a fin de cuentas lograron realizar la presentación utilizando como instrumentos lo que tenían a la mano, tratando de hacer la música golpeando el muro, que  a fin de cuentas terminó en el sentimiento de querer romper el muro.
Uno podría pensar que acciones como éstas no generan un cambio notable en la sociedad, muchas veces porque queremos cambios palpables, pero no nos damos cuenta de que para llegar a lo palpable, antes hay que pasar por lo que no lo es, no sólo se trata de una experiencia, sino de un cambio en el interior de uno mismo, ¿cómo acabar con los muros físicos si, antes, no podemos eliminar los internos?




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